Benedicto XVI celebra la eucaristía en la Plaza del Pesebre de Belén
Benedicto XVI celebra la eucaristía en la Plaza del Pesebre de Belén

El Papa expresa su afecto a los peregrinos de la “martirizada Gaza” y pide una infraestructura “espiritual” que canalice las energías al servicio de la educación, desarrollo y promoción del bien común, y garantizar un futuro mejor para sus hijos.

El sugestivo marco de la Plaza del pesebre de Belén ha sido el escenario este miércoles de la Santa Misa celebrada por el Santo Padre, en la que se ha dirigido de forma especial a “los peregrinos provenientes de la martirizada Gaza” a quienes ha pedido que transmitan a sus familias y comunidades caluroso abrazo del Pontífice, sus condolencias por las pérdidas, las adversidades y los sufrimientos que han tenido que soportar: “Les aseguro mi solidaridad en la inmensa obra de reconstrucción que ahora tienen por delante y mis oraciones para que el embargo sea pronto levantado”.

Además el Santo Padre les ha exhortado a no tener miedo porque Cristo nos ha donado una nueva vida “que puede iluminar y transformar incluso las más oscuras y desesperadas situaciones humanas”. “Esta tierra –ha insistido el Pontífice- necesita no sólo de nuevas estructuras económicas y comunitarias, sino más importante- podríamos decir- de una nueva infraestructura “espiritual”, capaz de galvanizar las energías de todos los hombres y mujeres de buena voluntad en el servicio de la educación, del desarrollo y de la promoción del bien común. Ustedes tienen los recursos humanos para edificar la cultura de la paz y del respeto recíproco que podrán garantizar un futuro mejor para sus hijos. Esta noble empresa les espera. ¡No tengan miedo!”

La homilía en Belén del Santo Padre se ha centrado fundamentalmente en la paz, significativamente en una ciudad que para los hombres y mujeres de cualquier parte del mundo está “asociada el alegre mensaje del renacimiento, de la renovación, de la luz y de la libertad” y sin embargo, ha dicho el Pontífice “¡cuán lejano pareciera el cumplimiento de esta magnífica promesa! ¡Cuán distante aparece aquel Reino de amplio dominio y de paz, seguridad, justicia e integridad, que el profeta Isaías había anunciado, y que proclamamos como definitivamente establecido con la venida de Jesucristo, Mesías y Rey!”.

Benedicto XVI ha recordado que “el mensaje de Belén nos llama a ser: ¡testigos del triunfo del amor de Dios sobre el odio, sobre el egoísmo, sobre el miedo y sobre el rencor que paralizan las relaciones humanas y crean divisiones entre los hermanos que deberían vivir juntos en unidad, destrucción donde los hombres deberían edificar, desesperación donde la esperanza debería florecer!”

En otro momento de su homilía y aludiendo a la segunda lectura el Papa ha indicado que el apóstol Pablo extrae una lección de la Encarnación particularmente aplicable a los sufrimientos que la población está experimentando: “porque se ha manifestado la gracia de Dios”, nos dice, “que nos enseña a que, renunciando a la impiedad y a las pasiones mundanas, vivamos con sensatez, justicia y piedad en el tiempo presente”.

En cuanto a “la constante conversión a Cristo que se refleja no sólo sobre nuestras acciones, sino también sobre nuestro modo de razonar”, el Santo Padre ha subrayado con énfasis que es necesario tener “la valentía de abandonar líneas de pensamiento, de acción y de reacción, infructuosas y estériles”, cultivar una mentalidad de paz basada en la justicia, en el respeto de los derechos y los deberes de todos, el compromiso de colaborar por el bien común, y sobre todo la perseverancia: perseverancia en el bien y en el rechazo del mal.

Benedicto XVI ha animado a los habitantes de Belén a trabajar en iniciativas concretas para consolidar su presencia y ofrecer nuevas posibilidades a cuantos tienen la tentación de partir. “Sean un puente de diálogo y de colaboración constructiva en la edificación de una cultura de paz que supere el actual nivel de miedo, de agresión y de frustración. Edifiquen sus Iglesias locales haciendo de ellas laboratorios de diálogo, tolerancia y esperanza, así como de solidaridad y de caridad activa”.

Fuente: www.radiovaticana.org
Belén, 13 de Mayo, 2009

Especiales de Iglesia.cl