En su reflexión del evangelio, el Obispo llamó a la asamblea a responder al mandamiento del amor, imitando el ejemplo de Cristo en el servicio a los demás, especialmente a los más necesitados, a los afligidos.

Don Gaspar subrayó que hay múltiples situaciones en la vida que necesitan esta muestra de amor fraterno, como la solidaridad con quienes están pasando por situaciones difíciles debido a la crisis económica que ha traído muchos despidos en la región de Atacama, esencialmente minera. Así también, la defensa de la vida y la dignidad de la persona humana; el cuidado del medio ambiente, el compromiso político y social, la protección de la familia, necesitan que cada persona se vuelva servidora de los demás, para ser “verdaderos discípulos misioneros de Cristo, y que nuestro país, y nuestra región de Atacama, tengan vida” señaló.

El hermoso signo del lavado de los pies que realizó el Obispo en doce hombres de la comunidad, fue seguido de la conmemoración de la institución de la eucaristía y el sacerdocio, ante la gran cantidad de personas que participaron en la Catedral de Copiapó.

Fuente: Comunicaciones Copiapó