Declaración de empresarios cristianos ante crisis económica
Declaración de empresarios cristianos ante crisis económica

USEC, uniéndose al llamado de los Obispos chilenos y al de la Presidenta Michelle Bachelet, llama a actuar con ética para enfrentar la crisis económica.

A raíz del llamado que efectuara la Presidenta Michelle Bachelet a los empresarios en orden a proteger el empleo y practicar la responsabilidad social que le cabe en el cuidado de sus trabajadores, sus familias y comunidades, la Unión Social de Empresarios Cristianos, USEC hace un llamado a la comunidad empresarial:

1.- A anteponer criterios éticos y morales en la toma de decisiones, que incluyen el respeto por la dignidad de los trabajadores, el resguardo al trabajo y a la justa remuneración, el cuidado de las familias y el desarrollo global del país; por sobre los criterios económicos.

2.- A establecer un diálogo fecundo y permanente con el gobierno, los trabajadores y referentes sociales como la Iglesia, con miras a delinear acciones conjuntas en beneficio del desarrollo económico del país y de la calidad de vida de los chilenos.

3.- A reafirmar que la sostenibilidad de toda empresa emana de generar un clima de confianza y colaboración entre todos sus miembros, el cual sólo se consigue con un trato equitativo para todos los participantes.

4.- A exigir que el mismo criterio ético requerido hoy a las empresas en materias de resguardo y promoción del empleo, deba tener su contraparte en el gobierno, el cual debe favorecer un marco legal que apunte a ofrecer oportunidades de empleo, fomentando la incorporación de la mayor cantidad de personas a la fuerza de trabajo. Entendemos con esto, que una verdadera protección social pasa necesariamente por la disponibilidad de empleo y por una legislación laboral moderna que no atente contra principios básicos como la libertad, la equidad y la justicia como el actual marco legal.

Creemos que las restricciones que hoy se han impuesto a la contratación y al despido hacen que las empresas aprovechen estas coyunturas incuestionables para reducir su planta laboral por razones de necesidades de la empresa, dado además el carácter de decisión judicial que se le ha otorgado al despido.

Más aún, con la actual legislación laboral se corre el riesgo de generar más despidos en épocas de crisis y menos empleo en condiciones económicas normales. Por tanto es urgente implementar un marco laboral que promueva el empleo y no atente contra él.

Al respecto, y sumándonos al llamado de la Conferencia Episcopal a la consecuencia de los líderes, a dejar de lado los discursos y a operar, asumimos como empresarios la tarea que nos cabe para con la sociedad como fuente relevante de generación de riqueza, de trabajo y de oportunidades, que operando dentro de un marco ético institucional adecuado, es motor de desarrollo e instrumento para la superación de la pobreza; pero entendiendo que hoy los pobres y los sectores más vulnerables no son quienes mantienen un empleo formal, sino aquellos que no han accedido a oportunidades de trabajo, operan en la informalidad o no tiene trabajo estable.

Poder acercar estos sectores al crecimiento del país, requiere de acciones concretas por parte de las autoridades, quienes deben ejercer el principio de subsidiaridad por el cual el Estado tiene el deber de brindar a los sectores más vulnerables, acceso a vivienda, salud y educación; condiciones básicas para facilitarles el derecho a un trabajo digno y a una justa remuneración a quienes hoy están fuera del sistema.

Dentro del mismo espíritu de asumir la crisis con una óptica humana, creemos inapropiado que se utilicen mecanismos como la sindicalización y negociación colectiva para promover instancias confrontacionales, e incluso ideologizadas que desvirtúan el fin original por el cual fueron creadas, a saber, el beneficio de los trabajadores en la empresa.

Lamentamos también que en este momento que se requiere de una actitud más austera y de mayor esfuerzo por parte de todos, se haya creado un nuevo feriado cuyo costo tendrán que asumir las empresas. Políticas como éstas empañan el ambiente solidario que la Presidenta invita a desarrollar y atentan contra la estabilidad del sistema económico.

Creemos además, que es justamente en tiempos de crisis cuando el rol social de la empresa se pone a prueba y donde principios tales como la participación y la solidaridad permiten enfrentar escenarios de incertidumbre en un marco moral adecuado para el discernimiento y la búsqueda del Bien Común.

Apelamos entonces a la conciencia de quienes optan por hacer empresa desde las enseñanzas de la Doctrina Social de la Iglesia.

Hoy que el país y la economía mundial se encuentran con un importante grado de desconfianza, la señal debe ser clara.

Jorge Matetic R.
Presidente USEC


Fuente: USEC
Santiago, 27 de Octubre, 2008

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