Mons. Gonzalo Duarte: “Todos somos responsables de construir un país más justo y equitativo”
Señaló Obispo de Valparaíso en Te Deum Ecuménico de la Catedral Porteña
Mons. Gonzalo Duarte: “Todos somos responsables de construir un país más justo y equitativo”

Un llamado a rezar por la paz, a rescatar el valor de la fecundidad y a preocuparnos por el medio ambiente, efectuó en su Homilía para el Te Deum Ecuménico, el Obispo de Valparaíso, Monseñor Gonzalo Duarte, que por quinto año consecutivo contó con la presencia de pastores, pastoras y representantes de diversas Iglesias y Comunidades Cristianas hermanas.

“Llamado a la paz que es ciertamente el anhelo más profundo de todos los chilenos y chilenas. La Paz verdadera se juega en primer lugar en el corazón del hombre y la mujer. Debemos orar por la paz. Debemos suplicar a Dios que pacifique nuestros corazones. Que nos regale un corazón de verdaderos hijos e hijas de Dios y de hermanos y hermanas de todos. Pero es muy difícil, aún más, es imposible, vivir en paz en un mundo en el que se pretende excluir a Dios de la vida y de la cultura. Si construimos un mundo sin Dios terminaremos construyendo un mundo contra el hombre”, señaló Mons. Duarte.

Otra condición indispensable para la paz verdadera es la justicia. “En esto los chilenos y chilenas estamos en deuda. En efecto, en el “Informe Final de la Comisión Trabajo y Equidad: HACIA UN CHILE MÁS JUSTO” se sitúa a Chile como uno de los países con mayor desigualdad en el mundo. Esta situación daña gravemente el “Alma de Chile” por sus reconocidas consecuencias de exclusión social, desigualdad de oportunidades, inmovilidad social y aumento de la vulnerabilidad”. “Estamos convencidos de que es una responsabilidad social de todos integrar a los excluidos, y la cercanía del Bicentenario de la Nación es una ocasión propicia para replantearnos con fuerza este desafío”.

También, se refirió a otros desafíos que tenemos los chilenos. Uno de ellos se refiere a la baja de la natalidad en nuestro país. “La pérdida de sentido humano y cristiano de la vida nos está haciendo perder el valor profundo de la fecundidad y de los hijos. Tenemos que convencernos de que cada niño que nace es un verdadero don de Dios para la Patria y la Humanidad”. “Todos tenemos que jugarnos por recuperar el sentido valioso de la fecundidad, el cariño por los hijos, el respeto por las madres, el aprecio por la familia. Los responsables del bien común nacional tienen la magnífica tarea de implementar –ahora- políticas en favor de la vida, la maternidad y la familia. Políticas sociales, educacionales, salariales, tributarias, habitacionales y comunicacionales.

“Como sociedad tenemos la tarea fundamental de la supervivencia nacional y de la identidad cultural chilena que incluye, en sus raíces mismas -que son cristianas- el amor por la vida y la familia. Nosotros, como iglesias y comunidades cristianas, tenemos como prioridad primera la pastoral de la familia, la vida y la educación, y nos comprometemos a seguir empeñados en el servicio a todas las familias chilenas”.

Otro de los temas que planteó y que va mucho más allá del Bicentenario, es el cuidado por el Medio Ambiente. Es necesario que cambie “nuestro modo de pensar frente a este tema para que cambie nuestro modo de actuar”. “Nuestra hermana la madre tierra”, como la llamaba San Francisco de Asís, es nuestra casa común y el lugar de la alianza de Dios con los seres humanos y con toda la creación. Desatender las mutuas relaciones y el equilibrio que Dios mismo estableció entre las realidades creadas es una ofensa al Creador, un atentado contra la biodiversidad y, en definitiva, contra la vida” (Doc. de Aparecida 125).

“Es necesario regular el tema del cuidado medioambiental “según un principio de justicia distributiva, respetando el desarrollo sostenible” (Doc. de Aparecida 126). Como sociedad chilena estamos ante el desafío de abrirnos a una auténtica ecología natural y humana, que haga relucir la justicia, la solidaridad y el destino universal de los bienes. Un cuidado especial merece el recurso del agua, que va siendo cada vez más escaso, convirtiéndose posiblemente -en el mediano plazo- en fuente de serios problemas en todo el mundo.

Finalizó su homilía agradeciendo a la Presidenta de la República y a los Honorables Parlamentarios y Parlamentarias por la Ley que declaró como Feriado Nacional el día 16 de julio de cada año, Fiesta de Nuestra Señora del Carmen. “Han cumplido, así, con un profundo anhelo de millones de ciudadanos que honramos a la Virgen del Carmen como Madre y Reina de Chile, a la cual acudieron los Padres de la Patria y muchos grandes de nuestra historia en momentos decisivos de la vida nacional”.

- Ver texto completo de la Homilía de Mons. Duarte

Fuente: Comunicaciones de Valparaíso

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Valparaíso, 18 de Septiembre, 2008

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