Iglesia de Concepción celebró Asunción de la Virgen
Iglesia de Concepción celebró Asunción de la Virgen

Durante la celebración, Monseñor Ricardo Ezzati agradeció el servicio pastoral de las religiosas y religiosos

Con la presencia de numerosos fieles y especialmente de religiosas y religiosos, la Iglesia de Concepción celebró la solemnidad de la Asunción de la Virgen María al cielo. En la Iglesia Catedral, Monseñor Ricardo Ezzati junto con destacar que esta festividad es también la fiesta de Cristo resucitado, manifestó sus agradecimientos a las numerosas religiosas que prestan servicio pastoral en la arquidiócesis, en el contexto del Día de la Vida Consagrada.

Al inicio de la eucaristía en la Catedral, 5 religiosas de distintos carismas subieron hasta el presbiterio para instalar cirios de distintos colores, como signo de comunión con Dios, con la Iglesia, con el Obispo y la comunidad. En otro signo, todas las religiosas presentes subieron al presbiterio y renovaron, ante el Pastor, su compromiso de fe, concluyendo, con el envío de las religiosas a continuar su misión en la arquidiócesis.

En su homilía, Monseñor señaló que “la Virgen María ha sido glorificada por su Hijo Jesucristo. Hoy, como miembros de la Iglesia nos alegramos con María que ha sido elevada a la gloria de los cielos, por su Hijo. La Virgen ha sido definida, por el Concilio Vaticano II, como la madre de la Iglesia y madre de la comunidad seguidora de los hijos de Jesús”.

Dirigiéndose a las religiosas, Monseñor dijo que “como pastor de esta Iglesia, quiero expresarles todo el afecto y toda la gratitud por su presencia y su acción en medio de la comunidad eclesial de la Santísima Concepción”. Y recordando al Papa Juan Pablo II, indicó que las religiosas y religiosos son “un don necesario para la Iglesia; ustedes, en la Iglesia, no sólo tienen una historia de tanto bien, de tanta solidaridad, de trabajo apostólico y de tanta cercanía a los que sufren, sino que también ustedes tienen una historia que construir junto a sus hermanos laicos, sacerdotes y a su hermano obispo; una historia que hace presente el amor del Señor hacia todos”.

Al final, agradeció, diciéndoles: “Gracias por su vocación, gracias por su compromiso por vivir esta vocación en radicalidad evangélica; gracias por su labor apostólica. Cuenten con el cariño de toda la Iglesia y sigan ayudándonos para que en esta hora de evangelización renovada y en esta hora de misión que la Iglesia quiere emprender en toda América y en Chile, la presencia y el trabajo de ustedes pueda aportar le a toda la humanidad ese don de vida que viene de Jesucristo y que ustedes también están llamadas a construir desde su realidad de mujeres y hombres consagrados”.

Fuente: Comunicaciones Concepción
Concepción, 15 de Agosto, 2008

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