Misión de los empresarios: la superación de las nuevas pobrezas
Misión de los empresarios: la superación de las nuevas pobrezas

Los empresarios cristianos, en el pensamiento de Aparecida, deben ser también discípulas y discípulos de Jesucristo, en el mundo de la economía, a fin de que nuestros pueblos puedan superar las nuevas pobrezas, especialmente las del acceso al conocimiento. Así lo plantea el Director del Observatorio Pastoral del CELAM, P. Leonidas Ortiz.

Las empresarias y los empresarios cristianos, en el pensamiento de Aparecida, deben ser también discípulas y discípulos de Jesucristo, en el mundo de la economía, a fin de que nuestros pueblos puedan superar las nuevas pobrezas, especialmente las del acceso al conocimiento. Así lo expresó el Director del Observatorio Pastoral, P. Leonidas Ortiz, en el IX Simposio CELAM-UNIAPAC, convocado por el Departamento de Justicia y Solidaridad y la Unión Internacional Cristiana de Dirigentes de Empresa en Santiago de Chile, los días 29 y 30 de Mayo de 2008.

En otras palabras, están llamados al seguimiento de Jesucristo en su experiencia personal y comunitaria, viviendo a plenitud y comunicando esa vida nueva a sus empresas y a la sociedad en general. Las empresarias y los empresarios son personas de Iglesia en el corazón del mundo de la economía y personas del mundo de la economía en el corazón de la Iglesia (Cf DP 786; DA 209). Su misión propia y específica se realiza en el mundo de la economía, haciendo creíble la fe que profesan, mostrando autenticidad y coherencia en su conducta, de tal modo que con su testimonio y actividad, contribuyan a la transformación de las realidades económicas y a la creación de nuevas estructuras justas y solidarias, según los criterios del Evangelio. (DA 210)

Aparecida valora la actividad empresarial como buena y necesaria, siempre y cuando respete la dignidad del trabajador, cuide del medio ambiente y se ordene al bien común (Cf DA 122, 69); y le pide a la empresa asumir su responsabilidad de crear más fuentes de trabajo e invertir en la superación de la nueva pobreza del acceso al conocimiento a través del uso responsable de las nuevas tecnologías (Cf DA 62).

La Iglesia se compromete, desde la perspectiva de la opción por los pobres, a acompañar a los empresarios en su formación ética y a estimular la “responsabilidad social” porque si no hay esperanza para los pobres, no la habrá para nadie, ni siquiera para los llamados ricos (PG 67; DA 395, 492). Al Estado le pide estimular la creación de pequeñas y medianas empresas, que se asocien al dinamismo exportador de la economía y aumenten el número de empleos de calidad (Cf DA 63).

Descargar intervención del P. Leonidas Ortiz

Fuente: Observatorio Pastoral del CELAM
Bogotá, 07 de Julio, 2008

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