La declaración inicia expresando la solidaridad fraterna de hermanos latinoamericanos, sabiendo los sufrimientos y permanentes luchas vividos en Nicaragua contra la opresión e injusticia, agregando que "la justicia, la libertad y la fraternidad, triunfarán y se impondrá la paz desde el diálogo y la solidaridad".

Por ello se manifiesta: "Nuestra cercanía y unidad con el Pueblo de Dios que peregrina en la bendita tierra mártir nicaragüense. Ustedes son portadores de esperanza y reconciliación para un pueblo de hermanos, dividido y violentado como si se tratara de enemigos dentro de casa" pidiendo que Jesucristo "sea la fuerza que necesitan para testimoniar la verdad, la justicia y la libertad en las situaciones de grave conflicto que están viviendo. Y no duden que al final la verdad, la justicia y la libertad triunfarán".

Además, las mujeres y hombres miembros de las distintas Comisiones de Justicia y Paz de América Latina y el Caribe hacen un llamado a los gobernantes y demás autoridades de Nicaragua: "les recordamos que el poder recibido del pueblo, lo recibieron para que lo sirvan y busquen su bien como única razón de Estado. Sabemos, que todo poder es transitorio, que los gobernantes cambian y la historia hace justicia".

Finalmente se convoca a los hermanos latinoamericanos y caribeños a estar atentos al desarrollo de los acontecimientos "exigiendo el diálogo franco entre las partes en conflicto, pidiendo la intervención de países hermanos y de organismos internacionales y por sobre todo clamando al Señor de la Paz para que con su intervención termine el sufrimiento de nuestros hermanos nicaragüenses". Se concluye pidiendo al Señor aumentar la fe y amor por él, haciendo de cada persona un instrumento de Paz.

Fuente: Comisión Nacional Justicia y Paz CECh