Acoger a los migrantes
3 de septiembre:
Acoger a los migrantes

Este domingo el Cardenal Francisco Javier Errázuriz presidirá la Eucaristía de mediodía en la Parroquia Italiana (Av. Bustamante 180).

En la ocasión se celebrará el Día del Migrante recordando la misión cristiana de acoger al forastero como un hermano, sin desconfianzas ni discriminaciones.

El día del Migrante fue instituido por el Papa Benedicto XV, en 1914. Cada Conferencia Episcopal elige el día apropiado para recordar a los Migrantes y a sus Familias. La mayoría de los países de América Latina eligieron el mes de Septiembre para celebrar este día, porque se asocia al Mes de la Biblia, puesto que el Pueblo de Israel fue peregrino y vivió la experiencia de ser extranjero.

En su mensaje para la celebración de este día, el Obispo de Melipilla y Presidente del Instituto Católico Chileno de Migración (INCAMI), Mons. Enrique Troncoso, recuerda que los migrantes son hermanos nuestros, "y eso es suficiente para amarlos y ayudarlos, en vez de criticarlos o desconfiar de ellos".

Se estima que en el mundo, el año 2050 habrá unos 230 millones de migrantes. Actualmente son más de 800 mil los chilenos que han pedido ser aceptados como Migrantes en otros países, mientras que a nuestro país han llegado extranjeros procedentes de mucha tierras. Se calcula que unos 200 mil hermanos han llegado estos últimos años, especialmente desde Perú; y también desde Ecuador, Argentina, Colombia y Bolivia. Destaca Mons. Troncoso que el 90% corresponde a mujeres jóvenes, la mayoría peruanas, que especialmente en Santiago trabajan como asesoras del hogar.

"El problema de la violencia contra las mujeres migrantes es de suma importancia. Las asesoras del hogar, con su doble marginación como mujeres y personas que migran, pueden encontrarse fácilmente en una situación de vulnerabilidad a la violencia y a los abusos, tanto en el ámbito doméstico como en el laboral", añade el Obispo Presidente de INCAMI.

Concluye su mensaje llamando a reavivar nuestra fe y nuestro amor de cristianos, para sanar los males que surgen de las migraciones y a la vez descubrir el designio que Dios realiza a través de ellos.

Con motivo de la celebración del Día Nacional del Migrante, Iglesia.cl ha preparado un Especial que incluye el afiche, una oración, aportes para homilías, y distinta información relativa a la pastoral de movilidad humana.

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Los migrantes enriquecen la sociedad

El Padre Algacir Monhak es el nuevo vicepresidente de Incami. Misionero scalabriniano proveniente del sur de Brasil, cree que la migración histórica, es decir, la llegada de alemanes, españoles, italianos y franceses en la época de la revolución industrial, ya está asumida en nuestro país. El arribo reciente de latinoamericanos en búsqueda de nuevos horizontes laborales nos debe hacer “pensar en un modelo de sociedad chilena con trazos diferentes de lo que hasta ahora se configuró”.

¿Cuál es la situación de los migrantes en un mundo globalizado?
La gente deja su país, su familia, su trabajo, el ambiente en el cual nació y creció por años debido a problemas económicos, socio-culturales, humanitarios, conflictos y situaciones extremas. En este mundo globalizado hay falta de acceso a condiciones mejores de vida. El norte del mundo tiene un medio fantástico para nacer, crecer, educarse y desarrollar toda la existencia. Sin embargo, en el sur del mundo hay un subcontinente que tiene extremas dificultades para vivir con dignidad, es decir, tener una casa, acceso a la salud, educación, vacaciones, etcétera. En este mundo, como decía el Papa Juan Pablo II, la invitación es globalizar la solidaridad. La necesidad de compartir, a nivel mundial, es una urgencia. Eso llevaría a que las personas se queden en sus ciudades y países y no necesiten buscar fuera de su realidad condiciones para vivir con dignidad.

¿Nos puede hablar de derechos y deberes de los migrantes?
Es muy difícil definirlos, como se dice en Chile, “al tiro”. Es evidente que un derecho de toda persona, como lo establecen las Naciones Unidas, es el derecho de tránsito: de ir y volver. También tienen derecho a buscar mejores condiciones de vida para ellos y sus familias. El derecho del migrante está radicado en su dignidad de persona. Su deber, básicamente, es adaptarse a la sociedad donde llegan y regularizar sus papeles dentro de la normativa de los Estados.

¿Cree que Chile es un país que despierta el interés por migrar por parte de los vecinos?
Actualmente, Chile es un país que despierta el interés de las personas. No sólo de los migrantes, también de los turistas por conocer las maravillas del paisaje chileno. Incluso hay muchos estudiantes extranjeros en Chile que perciben que estar primero aquí les ayudará a conocer mejor la cultura y del ambiente latinoamericano. El aspecto económico también es fundamental: Chile está demostrando que es un país con una economía estable y, naturalmente, en las personas que provienen de los países hermanos, esto despierta interés y curiosidad.

¿Es Chile capaz de absorber la migración que recibe?
El proceso económico o el mercado de un país permite la entrada o expulsión de migrantes o connacionales. Creo que Chile tiene condiciones de acoger a las personas que llegan. No creo que le quiten el trabajo a los chilenos, porque llega gente muy humilde que se ofrece como empleada de casa particular o como trabajador de la construcción. La sociedad chilena, históricamente, está hecha con migrantes venidos de muchas partes del mundo. El de ahora es un proceso nuevo que creo que la sociedad chilena va a asumir con facilidad.

¿Piensa que los extranjeros son mejor recibidos cuando son altos y rubios?
Las migraciones históricas, prácticamente, en todos los países del mundo, arribaron en el inicio de la revolución industrial, es decir, las personas llegaban con una demanda grandísima de mano de obra y de capacidad intelectual. Esta migración histórica fue más sufrida, pero tuvo una suerte mayor, pues los ambientes donde llegaban inmediatamente necesitaban de ellos. Hoy tenemos sociedades más o menos estables, entonces el arribo de personas provenientes de países diferentes puede causar un impacto inicial, porque los espacios son de competencia. Sin embargo, no pongo el acento en la cuestión xenofóbica, porque la realidad económica y social de ambas migraciones –la actual y la histórica- es otra. Es cuestión de encontrar los espacios para las personas que llegan.

¿Cuál es el aporte de la migración para un país?
Desde el punto de vista económico toda persona que llega y que trabaja deja siempre algo en el lugar donde se encuentra. Los migrantes son fundamentales para el desarrollo de una nación, ejemplo de ello son las migraciones históricas y todo lo que han aportado a los países donde llegan. Desde el punto de vista cultural, un país se puede enriquecer muchísimo, porque las personas que emigran traen valores religiosos, familiares –la manera en que se relacionan con los antepasados y su concepto de familia-, e intelectuales –ya que aportan conocimientos nuevos al lugar donde llegan-. Desde el punto de vista religioso contribuyen mucho. Las sociedades más desarrolladas muchas veces olvidan su lado religioso y el migrante, si tiene una fuerza que lo hace luchar y salir adelante, es la experiencia de Dios. Entonces ellos demandan un ambiente para celebrar sus fiestas, para encontrarse como comunidad, para rezar junto a otros en torno al Señor de los Milagros para los peruanos o a la Virgen de Copacabana para los bolivianos, por ejemplo. Por eso es importante que una sociedad tenga las puertas abiertas para los migrantes y valorice sus aportes. Así se integrarán a las tradiciones, los valores y las realidades de la sociedad que los acoge.

¿Con qué espíritu asume la vicepresidencia de Incami?
Con mucha alegría, como misionero scalabriniano, siento que el trabajo en Incami es una manera de agradecer por la acogida que tuvieron mis bisabuelos, abuelos y padres como migrantes de Europa de Este en el sur de Brasil. Incami, como organismo de la Conferencia Episcopal Chilena, es responsable de la animación y coordinación pastoral migratoria nacional. La parte ejecutiva está en cada una de las diócesis. Me inserto en una tradición que viene desde 1955 y en un programa de actividades para este año que contempla coordinar la pastoral de la migración y apoyar los proyectos específicos que requieren una intervención inmediata.

Fuente: Prensa CECh – DOP www.iglesiadesantiago.cl
Santiago, 31 de Agosto, 2006

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