Solemne momento de comunión eclesial se vivió en ordenación del nuevo Obispo de Punta Arenas
Solemne momento de comunión eclesial se vivió en ordenación del nuevo Obispo de Punta Arenas

"Señor, tú sabes que te quiero" es el lema episcopal que ha adoptado Mons. Bernardo Bastres Florence, consagrado Obispo ayer en el Gimnasio Don Bosco de Punta Arenas.

Foto: La Prensa Austral
En una ceremonia cargada de emociones y que por primera vez se vivía en la austral tierra magallánica, Mons. Bernardo Bastres Florence, SDB, fue consagrado Obispo en el Gimnasio Don Bosco de Punta Arenas.

Cerca de mil 800 fieles de toda la diócesis llegaron hasta el recinto para acompañar el histórico momento de comunión eclesial. Entre ellos se contaban 21 obispos chilenos, autoridades regionales y comunales.

Mons. Bastres fue consagrado Obispo por el cardenal Francisco Javier Errázuriz Ossa, Arzobispo de Santiago, quien presidió la Eucaristía. Actuaron como obispos co-consagrantes el obispo emérito de Punta Arenas, monseñor Tomás González Morales, y el obispo de Rancagua y presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, monseñor Alejandro Goic Karmelic.

También participó en la ceremonia Mons. Alejandro Buccolini, obispo emérito de Río Gallegos y alrededor de 70 sacerdotes, tanto de la diócesis magallánica como del resto del país y de Argentina. Además destacó la presencia de una delegación de Río Turbio.

Emotivo rito de consagración

La ceremonia se extendió por casi tres horas. Después de un saludo de Mons. Tomás González, del un acto penitencial y la liturgia de la palabra, se procedió al rito de ordenación, en el cual el cardenal Errázuriz leyó la bula del Papa Benedicto XVI (del 4 de marzo de 2006) nombrando obispo a monseñor Bastres.

Durante su homilía, el arzobispo de Santiago resaltó que Mons. Bastres continuará la misión de otros hijos de Don Bosco, prefectos y administradores apostólicos que trabajaron en esta región y llevará adelante la herencia apostólica del primer obispo diocesano de Magallanes, monseñor Vladimiro Boric, y del padre obispo Tomás González, “quien ha pastoreado la grey del Señor en la tierra austral por largos 32 años”. Recordó que las hostias para la eucaristía conclusiva del Concilio Vaticano II fueron confeccionadas con la harina del primer trigo madurado en Tierra del Fuego, y que monseñor Boric llevó con tanto orgullo a Roma.

En el rito de la consagración episcopal, fueron presentadas las insignias episcopales que más tarde entregó el cardenal a Mons. Bastres. El vicario de la diócesis, Pbro. Fredy Subiabre y el Superior Provincial de los Salesianos en Chile, padre Hugo Strahsburger, presentaron los signos (el báculo, el anillo y la mitra), que lo distinguen como obispo.

Posteriormente, en el examen del candidato, Mons. Bastres manifestó públicamente su libre decisión de aceptar el compromiso de ser obispo en comunión con la tradición de la Iglesia Católica. Durante el tradicional cántico de las Letanías, en que la Iglesia recuerda a sus santas y santos, el nuevo Obispo se mantuvo postrado ante el altar.

El momento central de la consagración vino con la imposición de manos de parte de los obispos presentes, mientras se invocaba el Espíritu Santo. Enseguida, se rezó la oración consagratoria con participación de los pastores.

A continuación, los diáconos colocaron el libro de las Sagradas Escrituras abierto sobre Bastres y el cardenal pronunció la plegaria de ordenación.

Otro signo importante lo constituyó el santo crisma, consagrado por Mons. Tomás González en Semana Santa, que fue derramado sobre la cabeza de Mons. Bastres.

Luego vino la entrega del anillo que unirá al nuevo obispo con la comunidad, el báculo pastoral y el ornamento episcopal de la mitra.

Tras la consagración, el nuevo prelado fue presentado a la asamblea, que lo acogió con un fuerte, caluroso y prolongado aplauso. Mons. Bastres recibió el saludo de sus pares, partiendo por el obispo Tomás González. Luego el ordenado pastor saludaría a sacerdotes, diáconos y delegaciones presentes.

El acto culminó con la liturgia eucarística. En un simbólico gesto, depositó flores frente a la imagen de la Santísima Virgen, bajo la advocación de María Auxiliadora, patrona de la diócesis, a quien consagró su ministerio episcopal.


"Señor, tú sabes que te quiero"

Antes de la firma del acta de ordenación y de la bendición final del cardenal, Mons. Bastres entregó un saludo a los presentes. Ofreció una acción de gracias al Señor y a las personas que Él ha colocado en su vida, en especial a su antecesor, monseñor Tomás González.

Además resaltó la acción pastoral que brota de su lema: “Señor, tú sabes que te quiero”, que lo tomó del Evangelio de San Juan, y lo ha acompañado en su vida sacerdotal.

Al término de la ceremonia, el nuevo pastor de la diócesis destacó el haber podido vivir un lindo momento de Iglesia y de fraternidad. “Me siento feliz aquí y que ojalá la experiencia que vivimos en este gimnasio la podamos transmitir a todas las casas, en especial a los enfermos, a los pobres, a los ancianos y a los abandonados”, expresó.

Como su mayor desafío mencionó el construir juntos: “después del aplauso vendrá el trabajo”, concluyó Mons. Bastres.

Por su parte, el Cardenal Errázuriz destacó la cordialidad y espíritu de oración cuyo legado se apreció en la celebración. Asimismo, resaltó como gran legado de Mons. González una Iglesia que pudo desarrollar su ministerio y hacer crecer a sus carismas, sus comunidades parroquiales, el espíritu litúrgico y la solidaridad social.

El Presidente de la Conferencia Episcopal, Monseñor Alejandro Goic, destacó el vivir un hecho histórico, al tratarse “del primer obispo que es ordenado aquí mismo, y creo que va a ser un gran pastor en continuidad con don Vladimiro y don Tomás, grandes pastores que ha tenido esta región”.

Fuente: La Prensa Austral - Prensa CECh
Punta Arenas, 23 de Abril, 2006

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