Breves y profundas reflexiones, cantos religiosos y prolongados momentos de silencio jalonaron esta hora de encuentro íntimo con Jesucristo sacramentado, como parte de este Mes de la Solidaridad, en el Año Sacerdotal y justo el día en que el Padre Alberto Hurtado celebró su primera misa.

Al terminar este encuentro de oración, el Cardenal Francisco Javier Errázuriz destacó la organización de este encuentro por parte del Departamento del Clero y señaló que “dentro de todo el plan de nuestra Misión Continental está el hecho de la conversión de los agentes evangelizadores, de aquellos que están llamados a ser discípulos misioneros de Jesucristo, y nosotros, en primera línea”.

Invitó a los presbíteros a que “en este Año Sacerdotal vayamos a las raíces, vayamos a ese encuentro profundo con Jesucristo, que es el origen de nuestra vocación, del misterio del amor de Dios para con nosotros. Cada uno de nosotros tiene mucha conciencia de que es un misterio del todo gratuito, no lo merecemos. Tantos compañeros nuestros pudieron haber sido llamados antes de nosotros. No éramos los más brillantes, los más piadosos, los mejores alumnos, y Jesús fijó su mirada en nosotros, con amor, y nos dio la gracia. Esa que no tuvo el joven rico -a quien Jesús miró con amor- que dijo que había cumplido los mandamientos y no habló nada del primer mandamiento: ‘Amarás al Señor con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas’. Y ese mandamiento es el que le habría dado la fuerza para dejar todos los bienes y seguir a Jesús”.

Aseguró que “Dios nos pide que seamos los primeros que caminemos hacia la santidad. Para el Padre Alberto Hurtado eso era lo fundamental y veía como la gran tarea caminar con pasión hacia la santidad, la identificación con Cristo. Sigamos nuestro camino, que en buena parte es muy personal, pero puede ser también decanal, en la casa donde estamos con otros sacerdotes, camino con los fieles más cercanos a Jesús, camino de santidad pastoral, de amor pastoral, para que en nosotros se dé que seamos los primeros en ser discípulos y que la gente note que el que habla en la predicación es un discípulo de Jesús”.

Llamados a la conversión más profunda

El vicario de la Zona Norte, Padre Rafael Hernández dijo que con esta “esta hermosa iniciativa del Departamento del Clero el Año Sacerdotal se va haciendo concreto. Este momento de oración nos ayuda a alimentar el año en el que estamos llamados a una conversión más profunda. Y, como decía el Cardenal, esto es parte de este tiempo de renovación de la Iglesia y que desde el Santo Padre tiene este impulso, que pasa por la renovación de los propios sacerdotes”.

Por su parte, Monseñor Héctor Gallardo, vicario de la Zona Oeste, resaltó la figura del del Padre Hurtado como ejemplar para la vida sacerdotal. “Esa afirmación suya de que su vida ‘es una misa prolongada’ tiene que ver con una actitud que debiéramos tener y desarrollar los sacerdotes y todo el pueblo cristiano, de vivir toda nuestra vida con la misma actitud de la eucaristía, es decir, bajo la acción del Espíritu Santo para descubrir en los hermanos la presencia de Cristo. Para vivir por sobre todas las cosas dando gracias y reconociendo el paso de Dios en nuestra historia. Porque la misa no es otra cosa que reconocer cómo Dios actúa en nuestra vida, darle gracias por los bienes que nos regala y ofrecerse uno como ofrenda. Y esa es la actitud del Padre Hurtado, actitud de lo más imitable y ejemplar”.

Finalmente, el encargado del Departamento del Clero, Padre Julio Dutilh, afirmó que lo que vivieron los sacerdotes en la tumba de san Alberto Hurtado “ha sido un momento muy grato”, que les permitió “un alto en medio de todas nuestras actividades para hacer oración juntos, como presbiterio de Santiago. Nos hace muy bien en este año hacer oración en común para renovar nuestro ministerio y ponernos mejor al servicio que nos han encomendado. Fue una oportunidad también para recordar nuestra primera misa y pedir al Señor seguir viviendo con entusiasmo y fidelidad nuestra consagración”.





Fuente DOP www.iglesiadesantiago.cl