Lo Vásquez: Una fe que nos hace hermanos
Lo Vásquez: Una fe que nos hace hermanos

Columna de Mons. Jorge Vega publicada en El Mercurio de Valparaíso el pasado 8 de diciembre.

Cada 8 de diciembre, nuestra región se detiene para contemplar un misterio que ilumina la vida de la Iglesia: la Inmaculada Concepción de la Virgen María. En el Santuario de Nuestra Señora Purísima de Lo Vásquez, miles de peregrinos se reunirán nuevamente para expresar su amor filial a la Madre del Señor, renovar su fe y encomendar sus intenciones personales y familiares. Como Obispo de Valparaíso, deseo dirigir a todos una palabra de cercanía y de aliento para vivir esta fiesta con un profundo espíritu de piedad y oración.

Peregrinar nunca es un acto casual; es un gesto que nace del corazón. Quien camina hacia Lo Vásquez lo hace movido por la gratitud, por una súplica, por una necesidad espiritual o, simplemente, por la certeza de que en María encontramos un camino seguro hacia Jesús. Ella no se guarda nada para sí: su misión es conducirnos al encuentro vivo con su Hijo, fuente de consuelo, misericordia y esperanza. Por eso, al llegar al Santuario, cada peregrino es invitado a abrir su vida a la gracia de Dios, a dejar que Él renueve la fe y fortalezca el ánimo para seguir caminando en medio de las dificultades de la vida.

Nuestra sociedad necesita con urgencia gestos de fraternidad y de comunión. La fe auténtica no se reduce a un rito ni a una tradición cultural: es una fuerza que transforma los corazones y nos impulsa a tratarnos como hermanos. En un tiempo donde crecen la indiferencia, el individualismo y diversas formas de violencia, la Virgen nos recuerda que todos tenemos un lugar en el corazón de Dios y, por lo tanto, un lugar en la vida de los demás. Celebrar la Inmaculada es comprometerse a vivir con mayor respeto, humanidad y solidaridad; es reconocer en el otro un don y no una amenaza.

Invito a quienes peregrinarán este año —ya sea a pie, en bicicleta o en familia— a hacerlo con prudencia, respeto y espíritu comunitario. Cuidarnos mutuamente también es una expresión concreta de la fe que profesamos. Que en cada paso podamos llevar una oración por la paz, por la unidad de nuestras comunidades, por los enfermos, por quienes han perdido la esperanza y por tantas familias que necesitan consuelo.

Que María Purísima de Lo Vásquez interceda por nuestra Diócesis de Valparaíso y por todo el pueblo que acude a su protección. Bajo su amparo maternal, renovemos la alegría de creer y el deseo sincero de construir una sociedad más fraterna. Dejemos que ella nos conduzca siempre a Cristo, nuestra luz y nuestra paz.

+ Jorge Vega Velasco
Obispo Diócesis de Valparaíso

Fuente: Comunicaciones Valparaíso
Valparaíso, 10 de Diciembre, 2025
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